La Alcazaba de Almería, un castillo morisco elevado sobre la ciudad, avista el barrio de La Chanca. Es una zona históricamente empobrecida creada con pequeñas viviendas construidas en las colinas a las afueras de la ciudad. Los habitantes pintaban sus casas utilizando cualquier ingrediente que estuviera disponible, dando como resultado un conjunto verdaderamente multicolor. Sus ruinas todavía recuerdan las operaciones mineras y de transporte realizadas durante el siglo XIX que se realizaban desde la montaña hasta el puerto más cercano. La Chanca ha sido el hogar de una población muy diversa, incluyendo pescadores y sus familias, una fuerte comunidad de gitanos y más recientemente emigrantes procedentes de Marruecos.